La fotografía.
El ojo humano es capaz de captar la luz que reflejan los objetos, permitiéndonos así percibir su forma, color, textura o volumen, es decir, sus características visuales, su imagen.
La luz pasa a través de la pupila (un orificio cuyo diámetro varía, en función de la intensidad de la luz) y atraviesa una lente flexible, el cristalino, que se abomba o se estrecha para proyectar con nitidez la imagen sobre la retina. Las células sensibles a la luz, presentes en la retina, recogen la imagen y el sistema nervioso la lleva hasta el cerebro.
En la primera mitad del siglo nace la fotografía.
1. La formación de imágenes en una caja oscura.
Ya en la Antigüedad se conocía un curioso fenómeno: en una habitación oscura, en la que sólo entre luz por un pequeño orificio, se forma una imagen invertida en la pared opuesta a aquellaen la que está el orificio. Igual que en el ojo cuando la luz atraviesa la pupila.
Si a una caja de madera se le coloca una lente convergente, en un orificio practicado en una de sus caras, se produce un aumento de la luminosidad y nitidez de la imagen que se forma en su interior.
Similitud entre el ojo humano y cámara fotográfica.
Así eran las cámaras fotográficas fabricadas a principios del siglo XIX,
2. La fijación de las imágenes en un soporte.
Algunos materiales se oscurecen o cambian de color cuando les da la luz. Si tomas el sol sin quitarte el reloj, la silueta con su forma, quedará en la muñeca con un tono de piel más claro.
A principios del siglo XVIII se descubre que algunos compuestos químicos a base de sales de plata son especialmente fotosensibles, oscureciéndose con rapidez cuando les da la luz. Cien años después se prueban para intentar atrapar la imagen que se forma en el interior de la caja oscura. Con ello se produce el nacimiento de la fotografía.
Los materiales fotosensibles empleados en fotografía están compuestos por un soporte plano (lámina de papel o celuloide) cubierto por una fina capa de sales de plata. Estas se mezclan antes con una gelatina transparente, para que se adhieran al soporte, formando así una emulsión sensible a la luz.
Con estos materiales es posible recoger y sacar al exterior la imagen que se produce en el interior de la caja oscura.
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